Especialista en Turismo Cultural
Iglesias en torno a La Alameda
En torno a la Alameda existen hermosas construcciones religiosas, que
encierran importante historias. La Santa
Veracruz, que era una de las parroquias de la ciudad. San Juan de Dios que
fuera hospital juanino, San Fernando,
centro misionero franciscano, San Hipólito bastión de los conquistadores y San
Diego que fuera la pinacoteca.
San Juan de Dios
La congregación
hospitalaria de los juaninos fundada en Granada por san Juan de Dios, quien al
principio se dedicó a dar atención los enfermos mentales. Su iglesia en México
es del siglo XVII su fachada abocinada,
en forma de concha, pilastras ondulantes flamígeras, semejante a las de
Zumpango y Oratorio de san Felipe Neri en San Miguel de Allende. Además de los
juaninos han estado los servitas.
En esta iglesia es muy famoso el culto a san Antonio de
Padua, fiesta 13 de junio para las mujeres que desean encontrar novio o pareja,
para lo cual piden entre los caballeros 13
monedas.
La Santa Veracruz,
parroquia
La cofradía fue fundada por Hernán Cortés con la autorización
de fray Domingo de Betanzos. La construcción de la iglesia se inició en 1759 y
se terminó en 1761. En la portada lateral está la imagen de san Blas, que era
uno de los patronos de la ciudad de México, además de ser invocado para las
enfermedades de la garganta. El altar es de manufactura de Manuel Tolsá. El Cristo
de los 7 velos fue un regalo de Carlos V. En el exterior hay una placa en honor a don Ignacio López Rayón. Ha sido parroquia y ha estado a cargo del opus
dei, entre otras congregaciones.
El Colegio de
propaganda fide, fundado en el siglo XVIII, de aquí salieron al norte de la
Nueva España religiosos de la talla de fray Junípero Serra, que evangelizó
desde Querétaro hasta la Alta California.
El panteón se ubicaba al principio en el altar, pero en 1836
por las leyes sanitarias tuvieron que cancelarlo y construir uno apropiado al
costado del templo. Al principio sólo se enterraban frailes franciscanos, pero
debido a le epidemia de cólera de 1850 se autorizó a enterrar a civiles. En
1859 Benito Juárez promulgó la ley de secularización de panteones, con la cual
el clero dejó de tener el control de la administración y pasó al gobierno. Esta
ley se aplicó en la ciudad de México hasta 1861, cuando el gobierno venció a
los conservadores.
En el panteón de San Fernando están enterrados los principales liberales del siglo XIX,
Vicente Guerrero, Ignacio Zaragoza, Martín Carrera, Melchor Ocampo, Ignacio
Comonfort, Miguel Lerdo de Tejada y Benito Juárez, que fue el último personaje
que fue enterrado en el panteón en 1872. Existe la anécdota de que también
había sido enterrado aquí su eterno rival Miguel Miramón y que al regresar la
esposa de éste, Concepción Lombardo y
ver que estaba cerca de la tumba de Juárez, mandó a exhumar al
caudillo conservador y trasladó sus restos a la catedral de Puebla.
Iglesia de San Hipólito y san
Casiano
Originalmente Juan Tirado
construyó aquí una ermita en honor de los mártires españoles de la Noche
Triste, los restos de todos ellos fueron
encontrados en una excavación en el año de 1974. En 1567 Bernardo Álvarez fundó
el hospital de San Hipólito que fue un manicomio que dio servicio hasta
principios del siglo XX, en que fue trasladado a Mixcoac.
Se realizaba cada año, el 13 de agosto, la celebración del Paseo del Pendón para
recordar la conquista de México, se
abolió en 1812.
En la barda atrial hay una placa ovalada alusiva a la toma de Tenochtitlán y abajo está la silueta de un indígena que es llevado por un águila. Este relieve se basa en una historia contada por fray Diego Durán, que comentó que un indígena fue llevado por un águila a una cueva donde estaba Moctezuma. El águila instó al indígena a quemarle la pierna a Moctezuma con un tizón.
Fachada decorada con ajaracas mudéjares. El altar mayor a mano izquierda está san Hipólito Mártir y a la derecha san Casiano. En el centro está la imagen de san Judas Tadeo.
En la barda atrial hay una placa ovalada alusiva a la toma de Tenochtitlán y abajo está la silueta de un indígena que es llevado por un águila. Este relieve se basa en una historia contada por fray Diego Durán, que comentó que un indígena fue llevado por un águila a una cueva donde estaba Moctezuma. El águila instó al indígena a quemarle la pierna a Moctezuma con un tizón.
Fachada decorada con ajaracas mudéjares. El altar mayor a mano izquierda está san Hipólito Mártir y a la derecha san Casiano. En el centro está la imagen de san Judas Tadeo.
Actualmente atiende la iglesia los padres claretianos, por
lo que han promovido la devoción y culto de san Antonio María Claret, contra
secuestros y para curar el cáncer. Hay una capilla de los santos
mexicanos, entre ellos un claretiano el
padre Andrés Solá y Molist, que nació
en España, pero fue mártir en San Joaquín, cerca de León, Guanajuato.
San Diego
Fue el convento de franciscanos descalzos o dieguinos eran reformados seguían a san Pedro de Alcantara. Los dieguinos llegaron a México en 1576 con un grupo de 20 religiosos que iban a Filipinas y establecieron en San Cosme una casa de recolección. Posteriormente en 1591 fundaron los conventos de Churubusco y de San Diego en torno a lo que hoy es la Alameda. Pertenecieron a Filipinas hasta 1593, cuando se creó la custodia de México. Los dieguinos se establecieron principalmente en sitios mineros como Taxco, Pachuca, Zultepec, Guanajuato, etc. en el siglo XVIII existió una capilla dedicada ala Virgen de los Dolores. En el siglo XIX se le dio un estilo neoclásico.
Desde la época de Adolfo López Mateos hasta el año 2000 albergó la pinacoteca, que contaba con cuadros de los mejores pintores de la época virreinal como: Simón Pereyenes, Luis Juárez, Baltazar de Echave Orio, fray Alonso López de Herrera, Sebastián de Arteaga, Cristóbal de Villalpando, Juan Correa, entre otros. En frente se encontraba el quemadero de la Inquisición.
Desde la época de Adolfo López Mateos hasta el año 2000 albergó la pinacoteca, que contaba con cuadros de los mejores pintores de la época virreinal como: Simón Pereyenes, Luis Juárez, Baltazar de Echave Orio, fray Alonso López de Herrera, Sebastián de Arteaga, Cristóbal de Villalpando, Juan Correa, entre otros. En frente se encontraba el quemadero de la Inquisición.
Sin duda el recorrido por la Alameda será de gran interés
para la gente que le gusta el turismo cultural, conociendo la arquitectura y el
arte sacro de sus iglesias.
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