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La Secretaría de Turismo de la Ciudad de México nombró a Culhuacán en la delegación Iztapalapa, como Barrio Mágico y le entregó el pergamino correspondiente que se encuentra en el exconvento de san Juan Evangelista. Este distintivo busca que más gente conozca la riqueza cultural tangible e intangible de este importante lugar.
La Secretaría de Turismo de la Ciudad de México nombró a Culhuacán en la delegación Iztapalapa, como Barrio Mágico y le entregó el pergamino correspondiente que se encuentra en el exconvento de san Juan Evangelista. Este distintivo busca que más gente conozca la riqueza cultural tangible e intangible de este importante lugar.
El excesivo crecimiento demográfico y el anárquico proceso de urbanización provocó que poblaciones antiguas quedaran absorbidas por la ciudad, el programa Barrios Mágicos busca que los visitantes e incluso la población local se reencuentre con estos sitios de importante historicidad, simbolismo y riqueza.
Historia antigua de Culhuacán
Culhuacán es una población mucho más antigua que México, ya que la primera fue fundada en el año 670 d.C y la segunda hasta el año de 1325. En segundo término los mexicas al observar la importancia del linaje culhuacano, pidió que su primer tlatoani fuera de este lugar, de esta forma Acamapichtli fue su primer señor. Una vez que triunfaron los mexicas sobre los tepanecas, restablecieron una Triple Alianza, México quedó en el lugar de Culhuacán; Texcoco ocupó el sitio de Coatlinchán y Tacuba el de Azcapotzalco. Esta confederación era la más fuerte en Mesoamérica a la llegada de los españoles.
Con la conquista se llevó a cabo un fuerte proceso de aculturación que amalgamó la cultura indígena y occidental. En el año de 1533 llegaron los agustinos a la Nueva España, fue la tercera orden mendicante, que se introdujo en estas tierras. Su primer convento fue el de Ocuituco, ubicado en el actual estado de Morelos y que les fue cedido por fray Juan de Zumárraga. Poco después los agustinos establecerían rutas para la creación de sus conventos en lo que hoy son las entidades de DF, Guerrero, México, Hidalgo, Morelos y Michoacán. A su vez los agustinos crearon un estilo arquitectónico muy peculiar en la Nueva España combinando el plateresco, el gótico y el tequitqui, sobresaliendo en sus claustros hermosas pinturas murales.
El exconvento de san Juan Evangelista
Culhuacán fue evangelizado por los agustinos quienes fundaron la iglesia y el convento de san Juan Evangelista. De la iglesia más antigua sólo quedan restos a un costado izquierdo del convento, como sería su entrada y ventana coral. El claustro tiene dos plantas, en la baja se encontrarían las áreas comunes como el refectorio y la biblioteca; mientras que arriba se ubicarían las celdas de los frailes. Aquí se estableció un seminario de lenguas indígenas. Los arcos del claustro bajo son rebajados y los del superior son de medio punto. T
anto en el claustro como en el interior de las diferentes partes del convento hay pinturas murales del siglo XVI, que se caracterizan por el manejo de blanco y negro; entrando sobresale una con el tema de san Agustín fundador de los agustinos, en la que se advierte tanto canónigos regulares como ermitaños. Otra es un Calvario en la que se observa a Cristo crucificado visto por María Cleofás, María Magdalena y por la Virgen María. En el piso hay un cráneo, ya que Cristo fue crucificado en el Gólgota, que quiere decir calavera. Otras tradiciones dicen que simboliza el cráneo de Adán para simbolizar que por éste el ser humano entró al pecado y por Jesucristo logró su salvación.
Otra pintura trata sobre la Epifanía o Adoración de los Reyes Magos; hay otras que representan a santos confesores y mártires agustinos. Algunas pinturas murales multicolores son del siglo XVIII. A lo largo del convento hay pinturas murales que tenían funciones decorativas con motivos fitomorfos o algunas son símbolos religiosos además de leyendas en latín. Hay pila para el agua bendita de manufactura indígena. Se conservan pedacería de retablos barrocos churriguerescos; esculturas de santos y pintura al óleo del siglo XVIII. Una puerta de madera tiene el corazón con tres flechas, símbolo de la Orden de San Agustín. El monograma JHS que significa Jesucristo salvador de los hombres y la letra M de María.
Museo e iglesia de Culhuacán
El convento se ha acondicionado como museo por lo que en sus salas se puede conocer la historia de Culhuacán, hay varias vitrinas con piezas de origen prehispánico, que se remontan incluso a la época teotihuacana. Hay esculturas que representan a la Chicomecoatl, a Tláloc, entre otras deidades mesoamericanas.
La iglesia es del siglo XIX destaca que la piedra es de color negro, su torre de dos cuerpos, su frontón triangular cerrado, su ventana coral hexagonal y su arco de medio punto. Otro sitio de interés es la capilla del Divino Salvador del Calvario, que es un Santo Entierro, que fue localizado en una cueva aledaña. Además de su riqueza de patrimonio tangible también hay elementos intangibles de gran interés como la feria del tamal y sus fiestas tradicionales que no se puede perder el turista cultural.
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